Las infecciones de orina en el embarazo afectan al 6-8% de las embarazadas. En este artículo te indico cómo prevenirlas.
Los tres problemas de orina principales en la embarazada son:
- Incontinencia
- Orinar con frecuencia
- Infecciones
Si estás embarazada o lo has estado, sabrás lo molestos que pueden llegar a ser estos síntomas. El orinar con frecuencia lo padecen todas las embarazadas incluso desde el comienzo de la gestación.
Los escapes o incontinencia de orina son más frecuentes hacia el final de la gestación y aparecen sobre todo en pacientes multíparas.
Por último, y como objeto de este artículo, están las infecciones de orina. No todas las embarazadas las presentan, pero pueden llegar a producir problemas graves.
¿Por qué son tan frecuentes las infecciones de orina en el embarazo?
La orina es el resultado del filtrado de la sangre en los riñones. Desde aquí pasa a la vejiga por medio de dos conductos, los uréteres. Finalmente, la orina sale desde la vejiga al exterior por la uretra (vulgarmente llamado «caño de la orina»).
- La hormona del embarazo (progesterona) provoca una relajación de la musculatura de tus uréteres, vejiga y uretra. El resultado es que el tránsito del flujo de orina y el vaciado de la vejiga se enlentecen, y favorece las infecciones de orina.
- Por otro lado, el aumento del volumen del útero dificulta el vaciado de la vejiga, sobre todo al final de la gestación.
- En la embarazada, la orina aumenta de pH (menos ácida) y favorece las infecciones.
- En las embarazadas es mayor el nivel de glucosa en orina, sobre todo en los casos de diabetes gestacional. La presencia de glucosa aumenta las infecciones.
- Otros factores son el aumento de flujo vaginal, la dificultad para la higiene, las relaciones sexuales, etc.
- La uretra de la mujer es muy corta y ello facilita el ascenso de los gérmenes desde el exterior hasta la vejiga.
¿Todas la infecciones de orina en el embarazo son iguales?
Obviamente, no. Existen tres formas de presentación que habría que distinguir:
- Bacteriuria asintomática.
- Cistitis
- Pielonefritis
1. Bacteriuria asintomática.
Reservamos este nombre para cuando tienes bacterias en la orina, pero no producen síntomas. Técnicamente, no lo consideramos una infección de orina, ya que reservamos este término para cuando tienes los síntomas que veremos posteriormente.
Su importancia es enorme y dedicamos muchos esfuerzos a su diagnóstico. La bacteriuria asintomática se asocia a mayor riesgo de pielonefritis, partos prematuros y recién nacidos con bajo peso.
Por ello, a todas las embarazadas en la primera analítica de control de embarazo, se les solicita un urocultivo. Este cultivo de orina determina si existen gérmenes en la orina y en qué cantidad.
En caso de tener un urocultivo positivo (abundantes gérmenes en orina), te pondremos tratamiento antibiótico.
2. Cistitis o infección de orina propiamente dicha.
Cuando hablamos de infección de orina, habitualmente nos referimos a las cistitis. Técnicamente, la cistitis es la inflamación de la vejiga. En la mayoría de los casos las cistitis se producen por infecciones de orina.
En esta segunda forma clínica, la bacteriuria (gérmenes en la orina) ya sí produce síntomas, a diferencia del cuadro anterior.
Los síntomas son: dolor abdominal por encima del pubis, micciones frecuentes, sensación permanente de ganas de orinar, orinas en pequeña cantidad, orina turbia o con cambio de olor e incluso con sangre.
Los síntomas son variables en intensidad y no siempre aparecen todos en la misma paciente.
No tienes fiebre. Si aparece fiebre (mayor de 38º C) indica que la infección ha subido hasta los riñones.
3. Pielonefritis.
Es la forma más grave. Se caracteriza por presentar fiebre, dolor lumbar, escalofríos, nauseas y gran malestar general. Es un cuadro grave que requiere ingreso hospitalario y antibióticos intravenosos.
¿Cómo se previenen las infecciones de orina en el embarazo?
- Beber abundantes líquidos. Lo ideal es tomar de 2-3 litros diarios de líquidos: agua, zumos, infusiones, leche, sopa, etc. La forma es lo de menos.
- No aguantar la orina. Es importante ir al baño de forma frecuente. Ya sé que las embarazadas lo hacéis por necesidad. Pero aguantar la orina favorece aún más las infecciones.
- Extremar la higiene. En el embarazo aumenta la cantidad de flujo vaginal de forma natural. Puedes lavarte más de una vez al día sin problemas.
- Cambio de ropa interior más de una vez al día.
- Limpieza de genitales de delante hacia atrás. Desde la vagina hacia el ano.
- Orinar siempre antes y después de mantener relaciones sexuales. Igualmente, lavarse antes y después de mantenerlas.
- No usar productos de higiene íntima, como jabones especiales, sprays o desodorantes íntimos, etc.
Tratamiento de las infecciones de orina en el embarazo
Lo ideal siempre es la prevención con las medidas anteriores. Si ya tienes los síntomas comentados, mi consejo es acudir a tu médico de cabecera o ginecólogo para hacer tratamiento.
Si es posible, lo recomendable es hacer un urocultivo (cultivo de orina). Consiste en analizar la orina y ver qué germen concreto provoca la infección.
La mayoría de los casos se trata de un germen llamado E. Coli.
Sabiendo el germen y el antibiótico más idóneo, es el momento de poner el tratamiento.
Lo recomendable es repetir el urocultivo a las dos semanas tras el tratamiento para comprobar que se ha curado la infección.
En algunos casos, con síntomas importantes, indicamos el tratamiento con antibióticos sin esperar al resultado del urocultivo (tratamiento empírico). Pero no es lo ideal.
Recuerda que las medidas preventivas son lo fundamental. Cambia tus hábitos de vida.
Finalmente, si te quedan dudas, puedes consultarme.