El herpes genital es una infección de transmisión sexual muy común que cursa con frecuentes recidivas. Te comento cómo evitarlas.
El herpes genital es bien conocido por un buen número de personas, dado que afecta al 15 % de la población.
Se transmite fundamentalmente con las relaciones sexuales por el contacto de los genitales, a través de la piel y de las mucosas (oral y genital).
Su frecuencia aumenta con la edad, con el número de parejas sexuales, y es más frecuente en mujeres que en varones.
Es muy contagiosa y bastan menos de 3 meses de relaciones, con una pareja que ya tenga el virus, para tener una primera infección. El contagio fetal puede ocurrir en el parto, si la madre tiene un brote activo en ese momento.
¿Cuántos tipos de virus del herpes genital existen?
Hablamos de dos tipos:
Herpes tipo 1:
Afecta fundamentalmente a la mucosa oral, es decir, la de la boca. Son las típicas llagas bucales y herpes de la mucosa labial. Algunas veces se las relaciona con la fiebre.
Herpes tipo 2:
Afecta fundamentalmente a la mucosa genital y anal. En el herpes genital generalmente encontramos herpes tipo 2, si bien en ambas localizaciones (oral y genital) podemos encontrar tipo 1 y 2.
¿Cuáles son la formas clínicas de presentación del herpes genital?
Es una enfermedad recurrente y podemos encontrar tres formas clínicas:
Primo-infección:
Se denomina al episodio clínico inicial o primer brote que aparece en una paciente con anticuerpos negativos (anti VHS), y que nunca ha padecido la enfermedad (oral ni genital).
Las manifestaciones clínicas y su intensidad de síntomas son muy variables de una persona a otra. Lo más típico es la aparición de múltiples úlceras genitales muy dolorosas que provocan ardor y molestias vaginales, molestias al orinar, fiebre, adenopatías en las ingles, malestar general, jaqueca, dolores musculares, etc.
Otros síntomas o complicaciones pueden ser retención urinaria, meningitis, etc. Son muy poco frecuentes.
El período de incubación es de unos 4 días (2-12) y los síntomas desaparecen en unos 15 – 20 días (sin tratamiento).
Infección no primaria o secundaria:
Es el caso de contagio por un tipo distinto al que tenga una mujer portadora. Por ejemplo, te contagias de un tipo 2 después de tener anteriormente un tipo 1. En este caso, los síntomas son similares pero más leves, puesto que existe un repuesta inmunitaria cruzada entre ambos tipos, y las defensas que ya tengas te protegen en parte.
Infecciones recurrentes:
El curso habitual del herpes genital son las infecciones recidivantes. Es lo más típico de esta infección de transmisión sexual.
En las recidivas los síntomas van siendo cada vez menos intensos, duran menos días y los episodios se van distanciando en el tiempo. Pero, inicialmente algunas pacientes tienen incluso más de 6-8 episodios anuales con diferente intensidad.
En algunos casos, los síntomas pueden ser mínimos, e incluso en algunos brotes son totalmente asintomáticos. El problema radica en que un brote puede ser asintomático pero puedes transmitir la enfermedad sin saberlo.
El 90% de las recurrencias aparecen en el primer año y son más comunes y más graves en el tipo-2. Un 40% de las paciente tiene hasta 6 episodios anuales tras la primoinfección.
¿Y para hacer el diagnóstico del herpes genital?
Mi consejo es que, ante la duda, consultes con tu ginecólogo. Si tienes úlceras genitales y los síntomas referidos, es probable que tengas un herpes genital.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, mediante la exploración ginecológica en la consulta.
Cultivo celular del líquido de las úlceras. Si la muestra se toma en los primeros días y sobre todo en la primoinfección, podemos aislar el virus. El problema es que su sensibilidad de detección es del 50%.
El estudio serológico de los anticuerpos en sangre se hace positivo tras varias semanas desde la primo infección. Por tanto, su utilidad es escasa. Sirve para saber qué mujeres han tenido contacto anterior con el virus.
La detección del virus por técnica de PCR de la muestra de la serosidad obtenida directamente desde la úlcera. Es el más útil, si bien su coste es alto y no está disponible en todos los centros hospitalarios de forma rutinaria.
¿Cómo se previene la infección del herpes genital?
La prevención es difícil.
1. Una buena educación sexual.
2. Uso de preservativo. No previene totalmente, pero disminuye el riesgo.
3. Evitar las relaciones durante los brotes de la infección. Disminuye el riesgo. Pero una persona puede ser contagiosa en brotes que pasan clínicamente inadvertidos.
En verdad, las medidas preventivas son poco eficaces y elegir a tu pareja de entre las que no hayan tenido primoinfección, resulta poco… «práctico».
¿Cuál es el tratamiento del herpes genital?
Para que el tratamiento sea eficaz debe instaurarse en las primeras 24-48 horas. Siendo así, los síntomas son más leves, la infección se controla en la mitad de tiempo (en unos 5-9 días), y se reducen las recurrencias.
Si el tratamiento se inicia pasadas las 72 horas, el curso del brote no varia.
En pequeñas úlceras únicas podemos usar tratamiento tópico.
Lo habitual es el tratamiento oral con aciclovir o derivados.
¿Cómo disminuimos las recurrencias por herpes genital?
En algunas pacientes, las recurrencias son intensas y frecuentes. Si tienes más de 6 episodios al año, puede que prefieras hacer un tratamiento preventivo diario. Los fármacos son los mismos, aciclovir y derivados, pero a dosis menores. Son tan eficaces que reducen las recurrencias en un 80% de los casos.
Son fármacos bien tolerados y no debes notar efectos adversos en su uso diario, incluso varios meses.
Piensa que con el paso del tiempo, con o sin tratamiento, los brotes serán cada vez menos frecuentes e intensos.