El síndrome premenstrual es un trastorno tan poco conocido como frecuente. Afecta al 75% de las mujeres mayores de 30 años.
El SPM no es un problema grave pero, si lo padeces, afecta a tu vida diaria en todos los aspectos. Interfiere tu vida familiar, laboral y de ocio.
No se caracteriza por un síntoma concreto, sino que son un conjunto de síntomas físicos o cambios en tu organismo, de carácter anímico o de conducta, que tienen como característica el ser repetitivos y aparecer siempre en los días antes de la menstruación (segunda mitad del ciclo menstrual).
Obviamente, algo tan frecuente no debe ser considerado como un problema. De hecho, en mi opinión, habría que distinguir entre pequeños cambios y molestias premenstruales, presentes en la mayoría de vosotras, del verdadero síndrome premenstrual con síntomas invalidantes que te impiden tu vida cotidiana.
En este último caso sólo estarían menos del 5% de las mujeres, mayores de 30 años y con ciclo menstrual.
¿Por qué se produce el síndrome premenstrual?
En realidad no conocemos la causa y por tanto su tratamiento es muy díficil. Se han postulado multitud de teorías hormonales, pero ninguna es concluyente. Lo que sí es obvio es su relación con el ciclo menstrual.
De hecho, si los síntomas aparecen en la primera mitad del ciclo, no se trata de síntomas relacionados con el síndrome premenstrual.
Los últimos estudios apoyan que los cambios hormonales no serían el factor causante en sí, sino el factor desencadenante necesario en pacientes previamente predispuestas.
Las pacientes predispuestas tendrían antecedentes personales, o en la familia, de depresiones y frecuentes cambios o alteraciones de ánimo.
Diversos estudios lo han relacionado con los cambios hormonales, los neurotransmisores cerebrales, vitaminas y minerales sin conseguir resultados concluyentes.
Se ha relacionado igualmente con factores genéticos, nivel cultural, tabaco, trastornos ansioso-depresivos, vitamina B6, etc.
¿Qué síntomas son habituales en el síndrome premenstrual?
La respuesta es amplia. Cualquier síntoma o signo físico, cambio de conducta o en la afectividad, de carácter o de estado de ánimo, que aparezca de forma repetitiva en la segunda mitad del ciclo menstrual.
Observa que todo cambio puede ser SPM con las dos condiciones: ser repetitivo y aparecer en los días antes de la regla.
Con ello no me refiero a pequeños signos de mal humor, irritabilidad o tensión mamaria antes de la menstrución. Esto es normal y habitual. Me refiero a síntomas invalidantes para tu vida diaria.
Se han descrito más de 150 síntomas diferentes. Los podemos agrupar en:
- Síntomas afectivos o de conducta: irritabilidad, ansiedad o tendencia a la depresión, tristeza, bulimia, menor deseo sexual, confusión mental, alteración del hábito del sueño, tendencia al suicidio, etc.
- Síntomas físicos: distensión abdominal, fatiga, jaquecas intensas, tensión mamaria, ganancia de peso, dolores generalizados, etc.
Como ves cualquier síntoma, si se repite, puede estar dentro del síndrome. Y lo más importante, los síntomas desaparecen al iniciar la menstruación.
No existen alteraciones analíticas ni hormonales. No es necesario hacer nada en este sentido, pues no te vamos a encontrar nada. Salvo que tengamos que descartar otros problemas como alteraciones del funcionamiento del tiroides o de las glándulas suprarrenales.
¿Cómo tratamos el síndrome premenstrual?
Dado que no conocemos la causa, los tratamientos son de una eficacia relativa.
En primer lugar es importante identificar todos los síntomas, y mi consejo es que los anotes durante unos meses para tenerlos bien identificados.
1. Cambia tu estilo de vida:
Hacer ejercicio aeróbico como nadar o andar, montar en bicicleta, etc.
Introduce técnicas de relajación como el yoga.
2.- Cambios en la dieta:
Aumentar el consumo de líquidos.
Aumentar el consumo de hidratos de carbono, como los cereales (pasta).
Aumentar los alimentos con calcio, lácteos, verduras.
Disminuir las grasas, sal, azúcares, alcohol y cafeína.
3.- Suplementos alimentarios:
No hay estudios concluyentes y, por tanto, mi recomendación es tomarlos con suma cautela. Ninguno ha demostrado una eficacia consistente con respecto a un simple efecto placebo.
Suplementos de calcio, magnesio, vitamina B6, onagra, etc.
4.- Fármacos:
En los casos realmente graves, habiendo descartados otras posibles causas de los trastornos, y tras fracasar las medidas anteriores, podemos indicarte medicamentos. Consulta con tu ginecólogo las diferentes opciones.
–Antidepresivos como la fluoxetina. Constituye el tratamiento de elección si las medidas anteriores, fallan.
–Ansiolíticos-tranquilizantes
-Análogos de la GnRH y tratamiento hormonal a baja dosis. Este terapia se emplea en contadas ocasiones y casos muy muy desesperados. Consiste en inducir una menopausia farmacológica reversible y luego suplementar con hormonas a baja dosis. Como te digo, sólo en casos muy desesperados.
–Extirpación de los ovarios. Como comprenderás, su uso es excepcional.
Como te estarás imaginando, no existe un tratamiento ideal y tendremos que ir probando diferentes combinaciones.
En algunos casos, un cambio en tus hábitos de vida, la comprensión del problema, el saber que el trastorno es transitorio y desaparece con la menopausia, el apoyo familiar y de tu entorno laboral, etc. pueden ser suficientes.
Si el artículo te resulta interesante, compártelo en Facebook para que ayude a más mujeres como tú.