La vaginosis bacteriana afecta al 20% de las mujeres sexualmente activas y provoca cambios en el olor de la secreción vaginal.
¿Qué significa vaginosis bacteriana? ¿Es una forma de vaginitis? En este artículo te voy hablar del problema que afecta con frecuencia a multitud de mujeres. ¿Has tenido alguna vez un cambio de olor en el flujo vaginal y has pensado que tu higiene era deficiente?.
¿Qué es una vaginosis bacteriana?
Denominamos vaginitis cuando un germen patógeno («malo») llega a la vagina, prolifera y provoca síntomas de inflamación, escozor o picor, enrojecimiento, etc. Las vaginitis por hongos son las más frecuente.
La vagina está colonizada por gérmenes buenos, la flora vaginal habitual. Donde proliferan los gérmenes buenos de la flora vaginal, no pueden entrar los gérmenes patógenos.
Las secreciones vaginales favorecen y nutren a los gérmenes en la vagina. Los estrógenos, principales hormonas femeninas, aumentan la secreción vaginal.
Los lactobacilos son los gérmenes naturales más frecuentes en flora de la vagina. Tienen la capacidad de acidificar el pH vaginal dificultando la llegada y proliferación de gérmenes patógenos.
Pero en la vagina existen además otros gérmenes, si bien en menor proporción, como es el caso de la Garnerella vaginalis. Este germen está presente en la vagina pero en escasa proporción, y es el responsable principal (existen otros) de la vaginosis bacteriana.
Por tanto, la vaginosis bacterina es un desequilibrio en la composición de la flora vaginal normal, en el que predomina un exceso de Garnerella en la vagina.
Pero, ¿es una infección?. No en el sentido estricto de la palabra. Los médicos preferimos referirnos a ella como un desequilibrio en la flora vaginal, dado que la Garnerella es un germen habitual en la flora.
¿Qué produce la vaginosis bacteriana?
Como tantas veces en medicina, no está claro. La acidosis, pH bajo en el ambiente vaginal, protege de la llegada de los gérmenes patógenos. Pero tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, el ambiente ácido afecta a los espermatozoides. De hecho, el esperma contiene sustancias «básicas» (que junto con la secreción vaginal aumentada durante el acto sexual elevan el pH), para mantener con vitalidad los espermatozoides. En este sentido es una respuesta fisiológica con la finalidad de proteger la reproducción.
El cambio o la adquisición de nuevas parejas sexuales, en relación con un aumento temporal en la frecuencia de relaciones sexuales, produce un mayor número de episodios de vaginosis. De hecho, es excepcional en mujeres sin relaciones sexuales.
Las recidivas son muy frecuentes, sin otro factor aparente que el ya comentado de la sexualidad. No está en relación a la falta de higiene, anticonceptivos, etc.
Pero existen otros factores que desequilibran la flora habitual como el uso de duchas vaginales, el antecedente de vaginitis por otros gérmenes y los tratamientos antibióticos. En todos los casos, el ascenso del pH evita la colonización por los lactobacilos y permite la llegada de otros gérmenes como la Garnerella (y otros más puesto que la vaginosis es polimicrobiana-varios gérmenes-).
Como te comento son hipótesis que podrían explicar la aparición de este desequilibrio en la flora vaginal.
¿Produce síntomas?
La vaginosis no es una infección y, por tanto, no es una enfermedad de transmisión sexual.
Se produce por tus propios gérmenes, que en pequeña cantidad pertenecen a la flora vaginal y no dan síntomas.
De hecho, en el 50% de los casos, puedes detectar su presencia en cultivos microbiológicos o en el examen en fresco de exudado vaginal (mirado al microscopio) sin que tu lo sepas.
Pero, cuando da síntomas ¿qué molestias produce?. El síntoma principal es el aumento de flujo vaginal.
Es típico también un cambio de olor en el flujo, es especial al contacto con el semen tras la relación sexual.
¿Has consultado o tenido algún episodio de aumento de flujo y cambio de olor? Probablemente se deba a un exceso de Garnerella en la flora vaginal.
En la embarazada, este desequilibrio en la flora vaginal, puede favorecer la rotura de la bolsa, la infección amniótica y el parto prematuro.
Te preguntarás, ¿Cómo se diagnostica la vaginosis bacteriana?
Dado que no produce síntomas y no es una infección como tal, el diagnóstico no es sencillo.
Los criterios clínicos que usamos son:
- Flujo abundante, grisáceo y con mal olor (aunque nos siempre).
- Examen del flujo-exudado al microscopio y otras pruebas de laboratorio.
- Determinación del pH vaginal, superior a 4,5 (lo habitual es 3,5-4). Se determina con una simple tira reactiva.
¿Cuándo se trata y cómo?
Muchos casos son asintomáticos y se detectan accidentalmente al hacer la citología. Si no tienes síntomas, leucorrea (flujo abundante) con o sin mal olor o signos de irritación, no es necesario hacer tratamiento. Recuerda que la Garnerella es un germen propio de la flora vaginal.
En caso contrario, con síntomas, se puede usar antibióticos (clindamicina o metronidazol), antisépticos locales (cloruro de decualinio), probióticos vaginales (para regenerar la flora vaginal).
En la embarazada, cada vez somos más proclives a su tratamiento para evitar los riesgo de rotura de bolsa y parto prematuro, especialmente en mujeres con síntomas. Pero los estudios sobre esta relación siguen abiertos.
El tratamiento a la embarazada es con los mismos fármacos anteriores, pero siempre por vía vaginal.
No es necesario tratar a tu pareja.
En cualquier caso, siempre mi consejo es consultar con tu ginecólogo y, de forma conjunta, valorar la necesidad o no de tratamiento.
Si deseas una información más detallada, consúltame.