¿Cómo actuamos ante un desprendimiento de placenta? ¿Cuál es la forma de parto más aconsejable? ¿Y si el bebé es prematuro?. Te doy las repuestas que buscas.
El desprendimiento de placenta consiste en la separación total o parcial de la placenta de la pared del útero, antes de que haya salido el feto. Es un problema poco frecuente, inferior al 1% de los embarazos, pero puede ser de muy graves consecuencias para la madre y el feto.
El mecanismo es la ruptura de los vasos sanguíneos de la placenta, con salida de sangre al espacio entre la placenta y la pared uterina, y el despegamiento y separación de la placenta. Es una situación dramática en la que el bebé no se oxigena y la madre pierde mucha sangre. Son frecuentes las alteraciones de la coagulación.
Veamos cómo actuamos en estos casos…
Manejo clínico del desprendimiento de placenta.
El cuadro típico es la aparición de sangrado vaginal. La cantidad de sangre que sale al exterior no es indicativa de la gravedad, pues es frecuente que la placenta se despegue y se acumule la sangre dentro del útero.
El segundo síntoma es el dolor uterino y contracciones intensas y de larga duración. No existe, no obstante, un patrón de contracciones fijo.
Si el cuadro avanza, aparecen signos de shock, hipotensión y puedes notar que te mareas.
Por tanto, cualquier dolor abdominal y sangrado durante la segunda mitad de la gestación puede hacer sospechar un desprendimiento de placenta y es motivo de consulta urgente al centro hospitalario más cercano.
A tu llegada al hospital se te realiza:
- Exploración vaginal: para ver el sangrado.
- Monitorización materno-fetal («correas»): para saber si tienes contracciones y cómo está el bebé.
- Ecografia: nos permite ver la placenta, su situación y si está desprendida. Por desgracia, en menos del 50% de los casos se observa el desprendimiento con claridad durante la ecografía.
La ecografía es especialmente útil en el diagnostico diferencial del desprendimiento con la placenta previa. En la placenta previa, el sangrado se produce por estar ésta situada tapando el orificio de salida del útero hacia la vagina. Generalmente, si tienes una placenta previa te lo habremos dicho en las ecografías de control del embarazo, en especial en la ecografía de las 20 semanas.
Ingreso en el hospital por desprendimiento de placenta
Ante la sospecha clínica y ecográfica, tu ginecólogo decidirá el ingreso.
Uno de los problemas del desprendimiento es la cantidad de sangre perdida, pero otro es que se gastan factores de la coagulación rápidamente. Estas sustancias son las responsables de que nuestra sangre se coagule. El desprendimiento produce un gran coágulo detrás de la placenta y gasta rápidamente los factores de coagulación. En esta situación, tu sangre deja de coagular y puedes tener una hemorragia aún mayor.
Si se consumen los factores, tu sangre dejará de coagular y puede ser el origen de un grave problema.
En algunas ocasiones, además de reponer factores de la coagulación, también tenemos que ponerte sangre. Es frecuente tener que hacer varias transfusiones de sangre a la madre.
La decisión más difícil es qué hacer con el embarazo. Si la situación es grave, indicamos una cesárea urgente. Si tanto el feto como la madre están bien, el desprendimiento es pequeño, y el feto es muy prematuro, podemos esperar y ver si la evolución es favorable. Por supuesto con una vigilancia extrema.
En la mayoría de los casos, es necesario terminar la gestación por la gravedad de la situación. Pero, ¿cuál es la vía del parto? Generalmente por una cesárea urgente.
Previamente, si tu gestación es menor de 34 semanas, te administramos corticoides para acelerar la maduración del pulmón de tu hijo. Todo transcurre con mucha rapidez.
En los casos en los que el cuadro es leve-moderado, la madre está estable por no haber sangrado excesivamente, el desprendimiento por ecografía es pequeño, el pronóstico de parto es bueno (madres con hijos anteriores) y especialmente si el feto ha fallecido, intentamos un parto por vía vaginal. Como ves la situación puede ser así de dramática.
Terminado el parto, no siempre terminan los problemas. Es frecuente que tu sangre tenga alterada la coagulación y que el útero sea incapaz de contraerse y sigas sangrando. En prevención, lo recomendable es el ingreso de la madre en la UVI para tenerla vigilada. En algunos casos nos vemos obligados a realizar la extirpación del útero para salvar a la madre.
Como conclusión, quiero decirte que el desprendimiento de placenta es un problema infrecuente pero serio, y que puede tener graves consecuencias.