La infección de la herida de cesárea es relativamente poco frecuente. La tasa es inferior al 5% de los partos por cesarea, si bien aumenta si tienes factores de riesgo.
Hoy te voy a hablar de la herida de cesárea. Un parto puede terminar en parto vaginal o en cesárea. Tan normal es una como otra terminación. Piensa que entre el 20 y 35% de los partos (según los hospitales) termina en la realización de una cesárea.
En otros artículos, te he hablado sobre cómo transcurren las primeras horas tras una cesárea en el hospital (quirófano, sala de recuperación de la anestesia y planta), te he respondido a las preguntas más frecuentes tras una cesárea que me suelen hacer mís pacientes.
La infección de la herida quirúrgica es una de las complicaciones más frecuentes en la cirugía. En concreto, las infecciones de la herida en las cesáreas suele ser del 5%.
Esta frecuencia justifica que le dediquemos el artículo de hoy. Por otro lado, cuándo acabas de tener a tu bebé, te notarás absolutamente agotada. Estás cansada, agotada del esfuerzo y de no dormir cuidando a tu bebé. Cualquier pequeña complicación parece una montaña insuperable.
Con el artículo de hoy quiero ayudarte y facilitarte la situación. Si aparece cualquiera de los síntomas que te comento, acude a tu médico/matrona/ginecólogo.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la infección de la herida de cesárea?
En este artículo quiero llamar tu atención sobre dos puntos fundamentales:
- Identificar si tienes factores de riesgo de infección de la herida.
- Identificar los síntomas de que tu herida se está infectando.
Existen varios problemas durante la gestación que pueden aumentar tu riesgo. La diabetes gestacional es uno de ellos. Mi consejo es extremar los controles para mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de los niveles de normalidad.
Si has tenido problemas de desnutrición (nivel socioeconómico bajo o tercer mundo) obviamente tus defensas son menos eficaces.
Las pacientes que padecen enfermedades con tendencia a la inmunosupresión.
El origen o la causa de la cesárea también influye. Si previamente tenías infección en la bolsa amniótica (corioamnionitis) o fiebre antes o durante el parto.
La obesidad aumenta mucho el riesgo. Tener excesiva grasa en la pared abdominal favorece enormemente la infección posterior de la herida.
Los partos prolongados, de muchas horas, que obligan a realizar muchas exploraciones vaginales son también factores de riesgo. Todo influye en que la tasa de complicaciones infecciosas en las cesárea urgentes intraparto sea mayor que cuando la cesárea es programada (no urgente).
Tras ver los factores que te he comentados, ya sospecharás que los gérmenes pueden venir la propia piel o desde el canal del parto y bolsa amniótica.
¿Cómo puedes sospecha la infección de la herida de la cesárea?
Tras la cesarea y durante los primeros días en el hospital aprenderás a cuidar la herida de forma correcta. No es necesario hacer nada especial. Simplemente observa cómo la enfermera o tu médico en el hospital realizan las curas diarias y los lavados de la herida.
Las heridas no se infectan el primer día. Suelen aparecer síntomas entre el 2º-7º día. Es decir en muchas ocasiones ya estás en casa cuando notas los primeros síntomas.
A nivel local el síntoma principal es el enrojecimiento de la piel alrededor de una parte de la herida. En ocasiones puedes notar una induración (zona más tensa dura, enrojecida y algo sobrellevada).
La aparición de secreción, sobre todo purulenta, es motivo de consulta obligada a tú médico.
Por supuesto, si aparece fiebre tras el parto, consulta a tu médico. En estos casos la exploración de la herida de la cesárea y de las mamas para descartar una mastitis son necesarias.
Por tanto, estos son los tres síntomas principales: enrojecimiento, fiebre y secreción por la herida.
¿Es necesario hacer otras pruebas en la infección de la herida de la cesárea?
Si el diagnostico está claro, con los síntomas anteriores, ya podemos pasar al tratamiento.
En ocasiones puede ser aconsejable hacer alguna otra prueba como analíticas de sangre o cultivo de la herida.
El tomar una cultivo de la secreción de la herida es muy sencillo. Basta con pasar un hisopeo de algodón o bastoncillo y mojarlo en la secreción de la herida. Se envía al laboratorio y no informa sobre el germen exacto que produce la infección y sobre los antibióticos más adecuado.
El problema es que el resultado tarda unos cuantos días y no podemos demorar el tratamiento.
¿Cómo se trata la infección de la herida de cesárea?
Hecho el diagnóstico, ponemos tratamiento en el mismo momento.
Lo más importante es el lavado de la herida. Para ello es necesario quitar alguna grapa (o punto, según el caso) y abrir la parte de la herida que esté infectada para que salga la secreción (drenaje).
Posteriormente, seguimos con el lavado abundante con suero fisiológico.
Elimaremos los restos de tejido necrótico y esfacelos, coágulos y serenidad. La herida debe de quedar lo más limpia posible (desbridamiento).
En algunas ocasiones, podemos emplear algún tipo de antiséptico para profundizar en la limpieza tipo clorhexidina.
Es importante ser constantes. Haremos la limpieza una o dos veces al día, según la gravedad.
Si la infección es pequeña, en pocos días se controla la infección, pero si es extensa nos obliga a abrir completamente la herida, ir curándola poco a poco, y dejar que posteriormente vaya cerrando de forma espontánea en las semanas siguientes.
Cada caso (cada mujer) es diferente.
Tu médico decidirá si además necesitas tomar antibióticos orales para ayudar en la desinfección.
La infección de la herida de cesárea no debe ser un motivo de agobio, pues ya tienes bastante preocupación con el cuidado de tú bebé.
Extrema los cuidados, sobre todo si tienes factores de riesgo, para evitar que la herida se infecte.
En caso de haberse infectado, sigue las indicaciones de tu médico y en pocos días todo se habrá quedado en la anécdota.