El hematoma retrocorial es un tipo de hematoma placentario, que en ocasiones se manifiesta con amenaza de aborto, y puede complicar la gestación a corto y largo plazo.
Cada vez las embarazadas tenéis mas información sobre vuestra gestación. Hoy día todo se vive intensamente. Comentas con la amigas, ves libros, buscas internet y consultas blogs de como el mío, consultatuginecologo.com. El hecho final es que tienes una gran información sobre cómo va tu gestación y sobres sus posibles complicaciones.
Hoy te hablo de los hematomas placentarios. ¿Los conoces?
Las dos grandes preocupaciones en los primeros meses de embarazo son:
¿Qué son los hematomas retroplacentarios?
En ginecología decimos que «todo sangrado vaginal en los primeros meses de embarazo es una amenaza de aborto». Al menos en principio.
Por supuesto, tras las exploración clínica y estudio ecográfico podremos hacer un diagnóstico exacto de ese sangrado. Todos los sangrados no son una hemorragia de implantación, ni una amenaza de aborto real, etc.
Un hematoma es un acúmulo de sangre en alguna zona del cuerpo. La placenta y las membranas amnióticas que rodean al embrión (o feto según las semanas) también pueden sufrir la rotura de algún vaso sanguíneo, el acúmulo de sangre en la zona, y la formación de un hematoma.
La importancia de este problema es que si afecta a la placenta puede disminuir el intercambio de alimento entre tú y tu hijo, y terminar abortando el embarazo.
Tipos de hematomas placentarios
Existe entre vosotras un gran confusión, y es normal. Yo creo que sería suficiente con saber que la mayoría de las amenazas de aborto tienen su origen en hematomas placentarios.
No obstante, puede que el sangrado venga de otro sítio, por ejemplo, un cuello de útero inflamado y no tenga, en principio, nada que ver con el embarazo.
Finalmente, en otras ocasiones no encontramos la causa del sangrado, ni en ecografía observamos hematoma placentario. El que no veamos el hematoma placentario despegando la placenta o las membranas no significa que el sangrado no pueda afectar al embarazo en sí. Indica símplemente que la sangre no se ha acumulado dentro.
Existen varios tipos de hematoma según el lugar exacto en donde se haya acumulado la sangre:
- Hematoma retrocorial o retroplacentario: El origen y el cúmulo de sangre se produce entre la placenta y la pared del útero. Son más frecuentes en el primer trimestre y los de mayor riesgo de aborto.
- Hematoma subcoriónico: La sangre despegue parcialmente el margen de la placenta y las menbranas amnióticas. Suelen aparecer en el segundo trimestre.
- Hematoma retroamniótico/subamniótico: La sangre solo se acumula en las menbranas sin afectar a la inserción de la placenta. Son los de mejor pronóstico y menor frecuencia.
Por supuesto, los hematomas que afectan a la placenta son los que tienen más riesgo de terminar en aborto. La localización es más importante que el tamaño del hematoma.
Consecuencias de los hematomas retroplacentarios a largo plazo.
Los hematomas retrocoriales aparecen en el 3% de los embarazos y el riesgo de aborto no depende que tengas sangrado o no. Por supuesto, los que aparecen en los primeros meses son los que mayor riesgo de aborto tienen.
Pero, ¿Qué ocurre a largo plazo?
Si has padecido una amenaza de aborto por hematoma retrocorial, tienes un mayor riesgo de :
- Desprendimento de placenta
- Parto prematuro
- Hipertensión en el embarazo.
- Retraso de crecimiento fetal
- Problemas obstétricos diversos.
El mecanismo para explicarlo es sencillo. El hematoma retrocorial, al despegar el anclaje de la placenta a la pared del útero, dificulta la correcta placentación. Todos estos problemas del embarazo están relacionados con un proceso de placentación alterado.
Para terminar, si tienes un sangrado en las primeras semanas, acude a tu ginecólogo quien te hará una exploración ginecológica y una ecografía.
Tras ello determinará si es una verdadera amenaza de aborto y si existe hematoma en la ecografía. Si el embrión tiene latido cardíaco, con reposo, el pronóstico es bueno. Es decir, la gestación continuará adelante en la mayoría de los casos.
Si tienes dudas puedes pedirme una segunda opinión a través de la consulta online.