Siempre nos proponen nuevas formas de saber el sexo del bebé. Pero te comento los métodos «científicos» conocidos, su fiabilidad y el mejor momento de la gestación para usarlos.
Tras el júbilo inicial de un test de gestación positivo, ya desde los primeros momentos, comienzas a pensar si será niño o niña, y a hacerte ilusiones en uno u otro sentido.
Ésta es una de las preguntas más habituales en la primera revisión de embarazo. La respuesta es que, con relativa seguridad, por ecografía se puede saber a partir de las 15 semanas (fiabilidad > 95%). Es verdad que la posición del bebé puede, en algunos casos, dificultar su visualización.
Podrás pensar, “que más me da tener un niño que una niña, si lo importante es que esté sano”. Y ciertamente, yo opino igual. Pero existen enfermedades ligadas al sexo que pueden transmitir los padres y que conviene tener en cuenta. Es el caso de la hemofilia, distrofias musculares y retrasos mentales, entre otros.
Además de la ecografía, existen otras pruebas que también nos permiten saber el sexo, incluso en momentos sorprendentemente precoces.
El sexo del futuro feto lo marca el espermatozoide. Si la fertilización se ha realizado con un espermatozoide con la carga genética del cromosoma Y, será varón. Si por el contrario lleva los genes del cromosoma X, el huevo fecundado resultará ser una mujer.
En este artículo no te hablo del calendario chino ni de la forma o tamaño de tu barriga, sino de los métodos científicos disponibles:
1.- Selección de espermatozoides con cromosoma Y:
Mediante técnicas de reproducción asistida, se pueden separar los espermatozoides varones, con cromosoma XY, de los de mujer, con cromosoma XX (son más pesados). Si la fertilización la hacemos por inseminación artificial, obtendremos el sexo deseado en el 80-90 % de los casos. Si se emplea la fertilización in vitro, con la selección de embriones se disminuye la tasa de embarazo.
2.- Diagnóstico genético preimplantacional:
Se puede realizar tras una fertilización in vitro. Una vez fertilizados los embriones, se obtienen células de cada uno, y se analizan. Analizados sus cromosomas, se implanta a la madre el huevo del sexo que se quiera. Como te he comentado, estas técnicas se emplean en casos de enfermedades hereditarias ligadas al sexo. Hacerlas simplemente para elegir sexo no es lo habitual, y además son caras.
3.- Test DETESEX u otros similares:
Es un test, disponible hace pocos años, para la determinación del sexo mediante un simple análisis de sangre a la madre. El fabricante, laboratorio LORGEN, es español (Granada). Durante el embarazo pasan células del feto a la circulación sanguínea de la madre, en pequeña cantidad pero suficiente para ser detectadas a partir de las 8-9 semanas.
Tiene una fiabilidad superior al 99% y es realizado en gestaciones de más de 8-9 semanas. Su eficacia disminuye en gestaciones menores de 8 semanas y en gestaciones inicialmente gemelares, en las que uno de los embriones se ha “parado y disuelto”, y por tanto sólo quede un embrión. En este último caso, se puede encontrar en sangre materna material genético de dicho embrión eliminado y ser de distinto sexo al del embrión que queda vivo.
El precio es de unos 130 euros y es conveniente previamente hacerte una ecografía para saber exactamente el tiempo de embarazo del que estás. Si estas embarazada de menos tiempo, el test falla, recuérdalo.
No sirve para detectar anomalías en el feto. Pero puede ser útil en pacientes portadoras de hemofilia (transmisión genética ligada al sexo) o con grupo sanguíneo Rh negativo.
En general son poco usados.
4.- Diagnóstico prenatal no invasivo.
Consiste en la realización de un análisis de sangre, similar al anterior. En este caso el objetivo es conocer si tu feto presenta alguna alteración cromosómica y además determinan el sexo fetal. Es más caro, sobre los 700 euros, y se realiza a partir de las 10 semanas. La información sobre el feto es más completa.
Los resultados tienen una capacidad diagnóstica (sensibilidad ) superior al 99% para el síndrome de Down, y algo menor, un 95 %, para las trisomias 13 y 18.
La tasa de falsos positivos es inferior al 0,1%, es decir, la posibilidad de que el test se equivoque es muy baja, pero no es del 0%. Ello quiere decir que, con los conocimientos actuales, si el test te da positivo debes confirmar el resultado con un estudio genético invasivo como la amniocentesis o la biopsia corial.
La fiabilidad para la determinación del sexo es superior al 99%.
Si tienes pensado hacer un test en sangre, éste es más caro pero te ofrece una completa información.
5.- La ecografía en la determinación del sexo del bebé.
Es la forma “natural” de conocer el sexo del bebé. Habitualmente, el sexo puede saberse con una fiabilidad progresiva en función de la semana de gestación.
Desde las 12 semanas con una fiabilidad del 70%, hasta prácticamente el 100% a partir de las 16-18 semanas. La fiabilidad de la ecografía aumenta conforme avanza el embarazo.
6.- Amniocentesis o biopsia corial:
Si el triple screening combinado del primer trimestre resulta ser positivo, lo recomendable es realizar una prueba invasiva de diagnóstico prenatal. Con cualquiera de ellas, biopsia corial (realizada sobre las 13 – 15 semanas) o amniocentesis (realizada sobre las 16-18 semanas), además de saber si tu feto tiene alguna alteración cromosómica, te dirán el sexo.
No se realiza una técnica invasiva para saber el sexo simplemente. Son técnicas no exentas de riesgos. Se aprovecha que, además de descartar una cromosomopatía fetal, permiten saber el sexo.
7.- Finalmente si eres de las que dejan que la vida les sorprenda, puedes esperar al parto y saber qué sexo tiene tu hijo cuando nazca.
Y tú, ¿qué opinas? ¿qué método prefieres?.
Si tienes dudas, puedes consultarme.
[…] un gran decálogo realizado por el autor, el ginecólogo Francisco Zorrilla, y también este sobre 7 formas científicas de saber el sexo del bebé. Por último, os dejamos otro interesante resumen de recomendaciones que ha denominado 12 consejos […]