El bienestar fetal constituye una de las mayores preocupaciones en la vida de la futura madre, sobre todo en los últimos días anteparto. Te comento qué métodos usamos.
Si has estado embarazada sabrás que los últimos días, la semana anterior a la fecha de parto, son interminables. Saber que todo está bien, que no le pasará nada al bebe, la incertidumbre y ansiedad sobre el parto, etc. complican estas fechas.
Todo es normal y suele pasarle a la mayoría de las embarazadas. Así, hoy te voy a hablar sobre cómo controlamos al feto en estos días, qué pruebas utilizamos, y cómo las interpretamos para asegurarnos del bienestar fetal intraútero.
Pruebas de bienestar fetal
Observarás que a lo largo de tu embarazo te hemos ido realizando numerosos controles ecográficos, analíticos, peso y tensión arterial, entre otros. Si deseas más información sobre las ecografías básicas te dejo los enlaces para tu comodidad:
Al final de la gestación utilizamos dos métodos de control, es decir, vigilamos el bienestar fetal mediante el llamado perfil biofísico fetal, basado en:
Monitorización cardiotocográfica.
Esta prueba recibe varios nombres: cardiotocografía fetal, monitorización fetal, test no estresante, etc. En forma coloquial se la denomina «poner las correas». El nombre es lo de menos. Es muy conocida pues escuchas el latido del bebé.
La utilización de la monitorización es fundamental durante el parto. Si has tenido hijos recordarás que te colocamos un aparato pequeño (un transductor) sobre el abdomen, sujetado con un cinturón o correa (de ahí su nombre), que nos permite obtener información sobre el latido cardíaco y las contracciones durante el parto.
La monitorización es uno de los pilares básicos para conocer el bienestar fetal, también antes del parto.
Los embarazos se clasifican por su riesgo. Con embarazos normales o de bajo riesgo utilizamos las «correas» a partir de la fecha de parto, o incluso una semana antes. Es decir, desde las 39-40 semanas y si no has tenido a tu hijo, lo vigilamos con la monitorización, además de con la ecografía.
En embarazos de riego moderado (hipertensión, por ejemplo) indicamos la utilización de la monitorización desde las 34-36 semanas. En embarazos de muy alto riesgo (retrasos de crecimientos fetal severos, por ejemplo) se puede monitorizar a la madre desde las 28 semanas.
La monitorización permite al aparato emitir una gráfica que relaciona los latidos de corazón de tu hijo con los movimientos fetales o con las contracciones. Observar una buena reactivadad en el latido del corazón fetal indica un buen bienestar fetal.
En algunas ocasiones, si detectamos que el feto está «poco reactivo» podemos hacer una prueba de Pose, o de oxitocina. Consiste en observar si el feto reacciona (y cómo lo hace) a las contracciones provocadas por un gotero de oxitocina intravenosa. Es decir, te ponemos un suero, una medicación en vena llamada oxitocina (la hormona de las contracciones del parto), provocamos unas pocas de contracciones, simulando un parto durante unos minutos.
Si el feto reacciona correctamente a la prueba de oxitocina indica que se encuentra bien.
En general estas pruebas, de ser normales, se repiten semanalmente hasta el parto.
Ecografía
La ecografía es la base del control del embarazo. Pero, ¿qué observamos con ella? Desde el punto de vista del bienestar fetal (dejando aparte el estudio de malformaciones, crecimiento, y posición del feto) en la ecografía realizada en la semana 39-41 nos fijamos en los siguientes datos:
- Cantidad de líquido amniótico
- Latido cardíaco
- Estudio mediante técnica dopler de los flujos de sangre fetal (en el cordón umbilical, arterias uterinas de la madre, circulación cerebral fetal, etc.)
- Movimientos fetales
- Movimientos respiratorios fetales
- Tono fetal y episodios de flexo-extensión de las extremidades.
¿Como interpretamos las pruebas de bienestar fetal?
Como comprenderás las pruebas son complementarias y se utilizan antes y con más frecuencia, cuanto mayor es riesgo observado en tu embarazo.
Si las pruebas son normales, el feto es reactivo y los datos de ecografía son tranquilizadores, asumimos que podemos revisar al feto en una semana. Es el margen de seguridad que ofrecen.
En caso de que no sean normales, nos obliga a pensar en terminar la gestación. Obviamente se deberá tener en cuenta la gravedad de la situación, las semanas de gestación y la madurez del cuello del útero.
Como ves son diversas las pruebas y parámetros que utilizamos para asegurarnos en lo posible del bienestar fetal.
Si tienes dudas, puedes consultarme on line.