El saber disminuye la ansiedad. En este artículo te explico cómo afrontar el expulsivo del parto. ¿Qué va ocurrir? ¿Cuánto dura? ¿Me dolerá más que la dilatación?
El periodo expulsivo es la siguiente fase del parto tras la dilatación, y para algunas madres, la que más ansiedad genera. El objetivo de este artículo es explicarte paso a paso todo lo que vas a vivir en tu parto y que en tu ánimo predomine la alegría y la ilusión de ver a tu hijo.
¿Qué es el periodo expulsivo?
Es el momento de la expulsión del feto, de su salida al exterior. Una vez terminada la dilatación, y alcanzados los 10 cm, sientes ganas de empujar al feto para que salga.
Los 10 cm de dilatación son variables, y hablamos así pues la cabeza del feto de 9 meses suele medir por ecografía unos 9,5 cm de «ancho» (diámetro biparietal) por término medio.
Sabemos que la dilatación está completa mediante la realización de tacto vaginal. La matrona o el ginecólogo te exploran para saber cuándo es el momento.
Las sensaciones que notas varían en el caso de tener puesta anestesia epidural. Hoy día, la mayoría de los partos se realizan con epidural en nuestro medio (60%).
¿Qué son los pujos?
Cuando la dilatación está completa, la cabeza comienza a descender por efecto de las contracciones. Notas sensación de presión en el periné y zona anal, como ganas de defecar. Indica que bebé está a punto de salir.
En este momento debes empujar, tal y como tu instinto te indique. Es verdad que en las clases de educación maternal te lo explicamos, pero realmente la naturaleza, de forma innata, nos enseña a hacerlo.
No es conveniente empujar antes de tener sensación de pujo. Si bien con la epidural puede que no tengas esta sensación y sea la matrona la que te vaya orientando.
Existen hoy día dos tipos de pujos:
- Con glotis cerrada: con la boca cerrada sin que se escape el aire. Básicamente el pujo es más potente, pero la oxigenación fetal es menor y es más probable que pueda haber lesiones perineales.
- Con glotis abierta: con la boca abierta dejando escapar el aire. El pujo es más suave, pero la oxigenación de feto es mayor y permite que el periné se adapte elásticamente y distienda. En este caso la necesidad de hacerte episiotomía es menor.
En cada momento tu matrona te irá aconsejando que pujo utilizar. Por supuesto, puedes observar también con cuál te sientes mejor.
El tiempo de duración del pujo también es variable, si bien debes intentar hacerlo efectivo, y para ello debe durar unos 20-30 segundos. Descansas unos segundos y lo repites. De esta forma, y durante cada contracción, realizarás 3-4 pujos.
Finalizada la contracción procura relajar toda la musculatura. Respira normalmente para que tu hijo se oxigene hasta el comienzo de la siguiente contracción.
Si tienes a tu pareja al lado es buen momento para que te atienda, apoye y anime, pues lo estás haciendo muy bien.
La cabeza está coronando…
Finalmente, la cabeza de tu hijo asoma por la vulva y quiere salir, abomba el periné y tienes la sensación de que va a salir por el ano… decimos que está coronando. ¡Ya está aquí!
La matrona te irá aconsejando con qué frecuencia e intensidad debes pujar en este momento. El hacerlo despacio favorece que la cabeza vaya distendiendo lentamente la vulva y el periné, y con ello se reduce la necesidad de hacer episiotomía (corte) y los desgarros.
La matrona protege el periné con su mano y frena la salida de la cabeza de forma suave. Te pedirá que empujes con menor intensidad.
En caso de estar agotada, y con la cabeza coronando, a veces se ejerce presión suave en el abdomen de forma sincrónica con tu pujo y con la contracción. Esta maniobra se denomina maniobra de Kristeller. Debe hacerse con cuidado, sólo con la cabeza coronando y de forma excepcional. No debe usarse para forzar la dilatación, hacer bajar la cabeza o con fuerza excesiva.
Si finalmente tu periné no distiende más, se te realizará episiotomía.
Salida de tu hijo
Una vez ha salido la cabeza, el bebé la gira, y ayudado por una suave tracción de la matrona y tus pujos, se completa su salida. El feto sale junto con una gran cantidad de líquido amniótico y notas una agradable sensación de descompresión. Tu hijo ya ha nacido.
Lo habitual es apoyarlo en tu abdomen para que lo acaricies ya desde ese momento.
Posteriomente ligamos el cordón umbilical. Comienza el última fase del parto, el periodo del alumbramiento o salida de la placenta.
Controles analíticos
Mientras tú acaricias a tu hijo, y si te apetece te lo pones al pecho para que tengas contacto «piel con piel», la matrona toma muestras de sangre del cordón umbilical que queda conectado a la placenta. Analizamos el pH (para saber el grado de oxigenación del feto en los últimos momentos antes del parto) y el grupo de sangre de tu hijo.
¿Cuánto dura el expulsivo normal?
El tiempo es variable en función de:
- Tamaño de tu hijo.
- Posición de la cabeza o grado de flexión.
- Primípara o multípara.
- Epidural, sí o no.
- Posición de la madre en el parto, en cuclillas o tumbada.
Como ves son varios los factores y a veces es desesperante, ya estás agotada y también deseosa de ver a tu hijo.
En cualquier caso, y a modo de orientación, te diré que no debe durar más de 3 horas en primíparas y 2 en multíparas. En caso de tener una cesárea previa, pensaremos en hacer una nueva cesárea pasados los 90-120 minutos.
¿Cómo influye la anestesia epidural en el expulsivo?
Obviamente con epidural las sensaciones son distintas. No tienes dolor o está muy amortiguado y no tienes la sensación de ganas de empujar.
En estos casos es la matrona quien va orientándote sobre qué hacer en cada momento. Para ello son útiles las exploraciones vaginales (tactos) que irá realizándote.
Como te he comentado, la anestesia epidural puede alargar el tiempo que dura el expulsivo en una hora. No te desesperes.
También favorece que finalmente tengamos que ayudarte y realizar un parto instrumental.
La intensidad de las contracciones que notas dependerá de la «profundidad» de la epidural. Hoy se tiende a usar infusiones de anestésico cada vez menos concentradas, y así permitir que tengas unas sensaciones «intermedias». Lo ideal es que notes presión, cierta sensación de pujo y cuándo tienes la contracción, pero sin que sean dolorosas. Está claro que así es la epidural ideal, si bien no siempre se consigue.
¿Y ahora qué?
Es el momento de dar los puntos de la episiotomía, si la has necesitado o si has tenido algún pequeño desgarro. Si no tienes epidural te ponemos anestesia local.
En un artículo posterior hablaremos del periodo del alumbramiento o salida de la placenta.
Ya tienes a tu hijo, obsérvalo y disfruta del momento junto con tu pareja.
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