La implantación de un embrión en el útero es poco eficaz, pues los fallos de implantación naturales ocurren en el 70% de los embarazos iniciales.
¿Tienes problemas de esterilidad? No estás sola. Piensa que hasta un 15% de las parejas tienen problemas de esterilidad. Un buen número de ellas terminan recurriendo a fertilización in vitro para solucionar sus problemas.
Hoy te voy a hablar del fallo de implantación. Es muy normal pensar que si llevas varios meses o años buscando gestación, multitud de pruebas y tratamientos, y te sometes a fertilización in vitro, puedas conseguir un embarazo al primer intento.
Realmente no es así. La mayoría de los intentos de fertilización in vitro terminan con un fallo de implantación del embrión: no consigues embarazo.
Para comprenderlo, lo primero es distinguir las dos fases: fertilización e implantación.
La fertilización consiste en la unión del óvulo con el espermatozoide. Se produce en las primeras horas tras la ovulación y ocurre en la trompa.
La implantación ocurre después, a partir del 5-6º día tras la ovulación, y se produce en el interior del útero.
Por tanto, para obtener una gestación necesitamos: ovulación, fertilización e implantación. Con ello te haces una idea de la complejidad de la reproducción.
¿Qué es un fallo de implantación?
La implantación del huevo fecundado dentro de útero es un proceso aún poco conocido.
El huevo llega al útero, se alinea con la pared uterina, se adosa, perfora la mucosa interior del útero y comienza a «echar raíces» (futura placenta). Así contado parece un sencillo proceso, pero no es así.
Básicamente, y como te comentaré más adelante, el proceso está influido por factores tanto del propio huevo como de la mucosa endometrial (capa interior de útero).
En mujeres sometidas a fertilización in vitro, el proceso es diferente: cuando la mujer ovula (inducido artificialmente), los óvulos se extraen y se fertilizan fuera con el espermatozoide (en el laboratorio). Una vez obtenidos los embriones, se introducen de nuevo en el interior de tu útero (transferencia embrionaria). La transferencia embrionaria se realiza a partir del 3º días tras la fecundación.
¿Cuándo hablamos de fallo de implantación?. La verdad es que entre los ginecólogos no nos ponemos de acuerdo en la definición exacta. Si tras dos o tres intentos de fertilización in vitro (de transferencias embrionarias) no se consigue embarazo (que se implante ningún embrión), lo denominamos fallo de implantación.
¿Cuáles son la causas del fallo de implantación?
La base puede estar en varios factores:
- ovulación y equilibrio hormonal
- útero
- técnica de la transferencia
- embrión
Te comento despacio cada uno…
Problemas de ovulación y equilibrio hormonal
Sin un equilibrio correcto entre las dos hormonas que regulan el ciclo menstrual, estrógenos y gestágenos, la mucosa interior del útero (endometrio) no se prepara de forma adecuada para recibir la implantación del embrión.
Hoy sabemos que los ciclos estimulados para las técnicas de reproducción asistida preparan mal la mucosa del endometrio y aumenta la tasa de fallo de implantación.
Patología uterina y tubárica
Es fácil comprender que cualquier problema que afecte al útero puede disminuir la tasa de implantación.
En este sentido la existencia de patología como miomas, tabiques y malformaciones, pólipos, infecciones, adherencias, etc. aumentan el fallo de implantación.
Igualmente, la existencia de patología en las trompas puede afectar la tasa de implantación. Un ejemplo puede ser el hidrosalpinx (trompa obstruida con liquido en su interior). Cuando ello ocurre conviene extirpar previamente la trompa dañada.
Técnica de transferencia correcta
El momento de la implantación y su técnica están muy estandarizados. Se realiza por vía vaginal introduciendo una fina cánula con los embriones dentro. Previamente, se realizarán comprobaciones de que el cuello del útero es permeable y deja pasar la cánula con facilidad.
Introducida la cánula, los embriones se impulsan dentro del útero.
Embrión sano
Es el último factor. Si los embriones tienen alteraciones genéticas, su capacidad de implantación es menor. La naturaleza es muy sabia.
En ocasiones se puede minimizar el problema haciendo un diagnóstico genético preimplantacional, es decir, en los primeros días tras la fertilización y antes de programar la transferencia e implantación del embrión en el útero (más complicado), o simplemente haciendo una implantación unos días más tarde y observando que el desarrollo inicial de embrión sea correcto.
¿Qué pruebas diagnósticas se emplean ante un fallo de implantación?
Para terminar hablemos del diagnóstico. ¿Qué hacer si tienes un fallo de implantación?. Si te fijas en las causas sacarás la siguiente conclusión:
Podemos hacer una ecografía para estudiar detenidamente si existe algún problema dentro del útero que haya pasado inadvertido.
Ante la sospecha, podemos también estudiar el interior del útero mediante histeroscopia.
Para descartar una patología tubárica o un problema pélvico podemos indicar una laparoscopia. Consisten en mirar la cavidad abdominal por dentro, introduciendo una óptica a través del ombligo.
Completaremos el diagnóstico con otras pruebas, especialmente útiles en casos de aborto habitual, como son el estudio de tu coagulación sanguínea y los cariotipos de ambos miembros de la pareja.
Conclusión…
Ante un fallo de implantación no se desanimes, símplemente nos detenemos, completamos el estudios y te aconsejaremos cuál es el paso siguiente en el camino hacia tu objetivo de tener un hijo.